domingo, 13 de julio de 2008

Grupo Grobocopatel abandona proyecto de soya en Venezuela

Patricia Riveira
Noticiero Agropecuario.- Tras un año de fuertes negociaciones con el gobierno del presidente Hugo Chávez, el grupo argentino Grobocopatel abandona el proyecto de soya en Venezuela para desarrollar un programa agrícola innovador en Colombia.
Según pudo confirmar noticieroagropecuario.com en la noche de este viernes, a través de diversas fuentes periodísticas en la República de Argentina, esta empresa concluyó antes de tiempo la consultoría de transferencia de tecnología en Venezuela para la producción de 10 mil hectáreas de soya y otros cultivos.
De esta manera, Gustavo Grobocopatel abandona el proyecto agrícola de Hugo Chávez para iniciar un programa en Colombia, cuyo gobierno no es nada afín con el kirchnerismo, representado en estos momentos por Cristina Fernández.
Los periodistas argentinos nos comentaron que según un directivo de Los Grobo, como ellos lo refieren, indicó que la relación comercial con Venezuela les trajo muchos “dolores de cabeza”.
Cabe señalar que Grobocopatel, gerenciaría a partir del 2007 un total de 100 mil hectáreas de diversos cultivos en Venezuela, según un convenio firmado con el presidente de la República , Hugo Chávez.
El acuerdo suscrito contemplaba que a través de la estatal Pdvsa Agrícola se invertirían entre 400 y 500 millones de dólares en un lapso de cuatro años para financiar y desarrollar esta importante extensión de tierras, en la que se cultivarían maíz, soya, oleaginosas y sorgo.
Según indica la prensa argentina, Gustavo Grobocopatel, quien es vicepresidente y gerente general de la empresa Los Grobo y miembro de la poderosa Asociación Empresarial Argentina (A EA ), ha innovado en la República Argentina y otros países de la región a través del concepto de “red” de empresas del campo. El empresario gerencia actualmente 150 mil hectáreas, de cuya área, el 10 por ciento son propias y el resto son alquiladas.

En Venezuela fracasó con esta gerencia por diversos motivos que no ha querido revelar. El empresario argentino debió haber recibido por el “know how” la suma de 120 millones de dólares anuales, pero al parecer, el gobierno venezolano no cumplió con sus compromisos.

Guerra avisada
Como dice el refrán venezolano, que “guerra avisada no mata soldado”,el empresario argentino Gustavo Grobocopatel indicó el año pasado que mientras no exista “un cambio cultural” en Venezuela, difícilmente tendría éxito el traspaso tecnológico que realizará el país sureño.

Grobocopatel, quien fue el encargado de exportar el modelo de siembra directa a Venezuela y desarrollar un amplio programa de soya, por contratación del gobierno de Hugo Chávez, informó en mayo del año pasado al diario bonaerense “ La Capital ” que a pesar de las buenas perspectivas de este negocio para el sector agropecuario argentino, existen ciertas reservas.

“Para que todo esto sirva va a hacer falta además un cambio cultural. Venezuela viene y tiene una fuerte cultura petrolera donde todo viene dado por naturaleza, y eso lleva a pensar que no hace falta esforzarse, que todo puede comprarse con petróleo”; dijo.
“El empresario, que aceptó gustoso el rótulo de “embajador de la soja”, asume sin contradicciones a la vista el hecho de ser la cara visible del acuerdo que los gobiernos de Buenos Aires y Caracas firmaron hace poco tiempo atrás para venderle a ese país el modelo de siembra directa. Y aunque a primera vista Hugo Chávez aparezca en las antípodas ideológicas del jefe del grupo los Grobo, para el ingeniero los negocios van bastante más allá de las retóricas verbales de bolivarianos o neoliberales”.
En esa oportunidad, que fue reflejado oportunamente por noticieroagropecuario.com, el diario “ La Capital ” reseñó que para el empresario, los ataques que el modelo de siembra directa suele recibir por motivos económicos, sociales y ambientales no se sostienen objetivamente.

“No me gusta hablar de boom de la soja, porque un boom es algo efímero que en algún momento explota, y por el contrario la situación actual del campo argentino es resultado de un proceso que empezó hace más de 20 años y que se sostiene sobre bases competitivas genuinas que no dependen ni del tipo de cambio ni de los gobiernos de turno”.
Finalmente, cabe destacar que el empresario argentino informó sobre la actual crisis del sector agropecuario de su país, considerando que “las retenciones terminan perjudicando al productor de menor escala. Habría que reformar el sistema impositivo gravando la propiedad de la tierra antes que el capital productivo”.

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