Sr. Ilarregui.- Señora presidenta: esta mañana, cuando venía caminando para el Congreso...Sr. Ilarregui.- ...en realidad ayer, aunque es lo mismo, veía a la policía, veía las vallas, y pensaba en qué condiciones íbamos a sesionar. Y en verdad estamos sesionando en las mismas condiciones en que se sesionó en este Congreso y también en las legislaturas de las provincias hace algunos años, con la diferencia de que en aquel tiempo esas vallas y esa policía eran para que no pudieran ingresar al recinto los trabajadores estatales, los jubilados, los docentes, todos aquellos que en el año 2001 vieron vulnerados sus derechos a través de la legislación.Sr. Ilarregui.- Este Congreso y las legislaturas de las provincias bajaron los haberes de los jubilados y de los empleados estatales. Les quitaron conquistas laborales y hasta se votó en el Congreso una ley de flexibilización laboral donde corrió dinero para que los senadores la aprobaran.¿Por qué marco esta diferencia? Aclaro que no estoy haciendo cargo de partido sino de situaciones y de etapas históricas. Porque si no se comprende de dónde venimos, seguramente que veremos el presente mucho más negro de lo que es.Nosotros venimos de un país que en realidad lo que hacía era discutir la distribución de la pobreza y hoy estamos en este Congreso discutiendo la distribución de la riqueza. (Aplausos.)Esa es una diferencia sustancial, pero no lo digo como un cargo. Bienvenida la riqueza de un país, bienvenida la riqueza de un sector. Esto nos hace grandes a todos. Hay algo que se llama crisis de crecimiento, crisis que se genera en la riqueza y en las mejores condiciones que se han dado, principalmente, en el sector agropecuario, por esta suba inmensa que han tenido, fundamentalmente, la soja y el girasol, así como de otros productos que no vamos a repetir.Sr. Ilarregui.- También voy a hablar del tema de la vaca, porque de esa zona vengo y me preocupa casi tanto como la soja.Quiero decirles que no voy a entrar en la lógica que ingresó el Congreso a partir de que un señor diputado hiciera un discurso tan desastroso que cambió el ánimo y el espíritu constructivo que veníamos teniendo todos, sin agresiones y sin chocarnos entre nosotros, más allá de los aplausos lógicos o de las cuestiones que se toquen. Creo que tenemos que retornar a que esto sea productivo. No sirve de nada una confrontación porque, en definitiva, ¿para qué estamos en este lugar? ¿Para qué desde hace veinte días nos venimos rompiendo el lomo y desde hace más de cien días estamos observando lo que pasa? Versión completa en :http://www.luisilarregui.com.ar
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